TRAS LAS HUELLAS DEL OSO EN LAS CUMBRES NEVADAS DEL PARQUE NATURAL DE LOS VALLES

El crecimiento del número osos pardos en el Pirineo está propiciando cada día más casos de avistamientos directos de ejemplares de esta especie en peligro de extinción. A los registrados en el mes de mayo, en Sallent de Gállego y otros puntos de la cordillera, se suma la observación reciente de otro en el Parque Natural de los Valles Occidentales.

Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN) que estaban realizando el seguimiento de una planta endémica a gran altura avistaron un oso en ese espacio protegido. Todavía hay mucha nieve en las cumbres, lo que facilitó no solo la observación sino el rastreo gracias a las huellas marcadas en el manto.

Los APN se encargan de registrar los rastros que permiten identificar a los distintos ejemplares en sus desplazamientos por el Pirineo. Una de las zonas de campeo es precisamente el Parque Natural de los Valle Occidentales,y más concretamente los municipios de Ansó, Hecho y Aragüés del Puerto. La de los agentes es una de las pocas observaciones directas que ha habido esta primavera, ya que la mayor parte de las veces se sabe de su presencia por las cámaras de fototrampeo.

"Es muy difícil verlos porque suelen huir de zonas abiertas", comenta un APN. Según la Asociación de Agentes para la Protección de la Naturaleza de Aragón (Aapna), que ha difundido las imágenes de estos trabajos, "en las zonas altas del Pirineo aún queda nieve, y los agentes aprovechamos esta circunstancia para seguir el rastro de los últimos osos que aún habitan este paraíso". "Registramos cada avistamiento, cada indicio de su presencia, así podemos mejorar en la conservación de esta especie tan emblemática". En los últimos días, sin embargo, el aumento de las temperaturas ha propiciado la fusión y las cumbres ya aparecen más despejadas.

Según el departamento de Medio Ambiente, esta primavera no se ha detectado ningún ataque a ganado. Sí hay constancia de varias observaciones en los valles de Hecho y Ansó, de una hembra y dos machos subadultos, posiblemente hijos de una osa que vive en el lado francés. También en la Ribagorza, en Laspaúles, donde se ha avistado otro ejemplar; y en el valle de Tena, en Sallent de Gállego. Aquí dos vecinos pudieron grabar un vídeo del animal cerca de un hayedo, en mayo, pero no se le ha vuelto a ver desde hace un mes.

La población de osos del Pirineo sigue consolidándose con un total de 83 ejemplares detectados en la cordillera en 2023, cuatro más que el año anterior. Según las cifras provisionales, han nacido 16 crías de un mínimo de 11 osas, el mayor número de camadas desde que comenzó el refuerzo poblacional de la especie en 1996.

En concreto, durante el 2023 se detectaron en Pirineos 37 hembras, 40 machos y 6 individuos de sexo no identificado, según los datos preliminares compartidos por el Grupo de Seguimiento Transfronterizo del Oso en los Pirineos, que está integrado por representantes de las administraciones de Francia, Andorra, Cataluña, el Valle de Arán, Aragón y Navarra.

En Aragón, el área de reparto de la especie incluye dos zonas de presencia principal. En la oriental, el macho Canelito y la hembra Douillous fueron identificado varias veces en el valle de Benasque. También había presencia en el valle de Gistain en años anteriores de Goiat, pero desde el 25 de abril de 2022 no hay indicios de él ni en España ni en Francia, por lo que se le considera desaparecido.

En la parte occidental, además de la osa Claverina, hay dos machos subadultos, Larry y Bious, que fueron vistos varias veces en el valle de Ansó y Hecho. También se ha podido localizar a Néré. En cuanto a las depredaciones, el año pasado el número de ataques al ganado doméstico en Aragón disminuyó, pasando de 11 en 2022 a cinco.

La especie ha vivido una recuperación en todo el territorio del Pirineo desde los años 90. Entre 2006 y 2023 la tasa media de crecimiento anual ha sido del 10,94% para todos los Pirineos.

Los osos viven a lo largo de 230 kilómetros de las montañas pirenaicas, desde el noreste de Navarra hasta el departamento francés de los Pirineos orientales. El área de distribución abarca un total de 7.100 kilómetros cuadrados donde se han detectado indicios de presencia de la especie.

Según el balance compartido por el grupo de estudio, el área de distribución ha ido creciendo de forma continua desde 1996, en paralelo al crecimiento de la población, aunque se producen variaciones anuales por los movimientos dispersivos de los ejemplares subadultos.

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