UNA BACTERIA AMENAZA DE MUERTE AL ACEITE DE OLIVA

El aceite de oliva podría encontrarse en grave peligro por culpa de una bacteria que afecta a plantas y árboles. Se trata de la Xylella fastidiosa, causa enfermedades mortales en las plantaciones al taponar sus conductos y tejidos vegetales.

"Se encuentra en el xilema, y se multiplica dentro de los vasos llegando a taponarlos y a obstruir el flujo de savia bruta, lo que provoca síntomas que se corresponden con falta de agua o carencia de nutrientes", explica sobre esta bacteria el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en su página web. Asimismo, especifica que la temperatura idónea para su crecimiento es entre los 26-28ºC.

Peligro para olivos y viñedos

Una de las principales afecciones causadas por la Xylella fastidiosa es la enfermedad de Pierce (EP), que afecta a la vid haciendo que las plantas infectadas produzcan pocos frutos y de mala calidad. Además, sus hojas se decoloran, necrosan y caen y las cepas pueden incluso morir en pocos años.

Por su parte, los síntomas que puede causar en los olivos, tal y como detalla el MAPA son "el marchitamiento y decaimiento generalizado (síntomas asociados al estrés hídrico), seca de hojas que comienza por el borde apical, y de ramas, acompañada de defoliación, pudiendo llegar a la muerte del árbol". En cuanto a las hojas, pueden presentar áreas secas y marrones con distribución irregular y abarquillamiento. Otro síntoma observado es una clorosis muy acusada del nervio central, unida a una seca o necrosis del ápice.

Expansión

La bacteria apareció por primera vez en la Unión Europea hace diez años, concretamente en olivos de la región italiana meridional de Apulia. A partir de aquí, se ha ido expandiendo por Europa abarcando otros países como Francia, España y Portugal.

En el caso de nuestro país, el MAPA ha detectado su presencia en zonas como las Islas Baleares, Alicante, Madrid y Almería gracias a la aprobación en junio de 2015 del Plan de Contingencia Español, diseñado para evitar la introducción y la propagación de la bacteria en nuestro país.

Este proyecto "incluye un Protocolo Nacional de Prospecciones para la detección precoz, y un Programa de Erradicación que recoge las medidas que deben adoptarse en caso de detectar brotes. Dicho Plan es actualizado y aprobado por parte del Comité Fitosanitario Nacional conforme va siendo necesario", asegura el departamento.

La propagación que se ha dado especialmente por el área mediterránea se debe a la intervención del insecto Philaenus spumarius, considerado como el principal vector transmisor. La bacteria también se ve beneficiada por el cambio climático.

Un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC) y publicado en la revista científica Scientific Reports describe cómo un aumento de más de 3 grados en la temperatura media del planeta sería un "punto de inflexión en el riesgo" de que la bacteria se expanda más al norte en Europa.

Prevención

Para evitar los estragos que puede provocar esta bacteria, el MAPA aconseja realizar "buenas prácticas agrarias sobre la fertilización, el riego, la poda y gestión de restos de poda, así como sobre los vectores". Asimismo, considera "fundamenta" informar a las autoridades competentes de cada Comunidad Autónoma en materia de Sanidad Vegetal, "cualquier sospecha de presencia de la bacteria".

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