MIGUEL CAMPO: "LLEGARá EL MOMENTO DE VER A LAS MONJAS DE BELORADO SALIR DEL CONVENTO ESCOLTADAS POR LA GUARDIA CIVIL"

“Ojalá no lleguemos a ver la imagen de estas mujeres, y de esos señores, saliendo del inmueble por orden judicial y escoltadas por la Guardia Civil, pero si persisten en su ruptura de la comunión, llegará ese momento”. Miguel Campo, jesuita, profesor de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Comillas y miembro del equipo de asesoría jurídica de Conferencia Española de Religiosos, es seguramente la persona que mejor conoce los entresijos jurídico-canónicos del cisma de las monjas de Belorado, que este viernes confirmaron su intención de no regresar a la Iglesia católica al no acudir a declarar ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos.

Una vez finalizado el plazo de la prórroga concedida a la ex abadesa y las líderes de la revuelta incluido, solo resta el procedimiento formal para decretar su excomunión y poner en marcha su proceso de expulsión de la Iglesia y, también, del convento que pasan a ocupar ilegalmente. “Han ocasionado un daño a la Iglesia, han causado escándalo en el pueblo fiel”, lamenta Campo, quien defiende el papel ejercido por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, intentando hasta el último momento frenar el primer cisma del siglo XXI.

Como religioso, ¿cómo está viviendo el escándalo de las clarisas de Belorado?

Tras una primera reacción de estupefacción, con tristeza. No acabo de entender qué ha podido llevar a unas religiosas con buena formación a dar un paso como éste. Se puede no estar de acuerdo con determinados aspectos en la vida de la misma, pero se trabaja desde dentro. Ojalá recapaciten y esto no llegue a consumarse; es bueno recordarnos que la Iglesia nunca echa a ninguno de sus hijos, las puertas del arrepentimiento y el perdón siempre están abiertas. El hecho de incurrir en una pena de excomunión supone la expulsión de la vida religiosa, es decir, de su condición de monjas. No lo puedo entender. Ojalá algún día lleguemos a saber qué es lo que ha sucedido.

¿Qué puede hacer a partir de ahora monseñor Iceta?

Lo que está haciendo. En primer lugar, tender puentes y mostrar paciencia, pero al mismo tiempo, como autoridad eclesiástica, dar los pasos necesarios para defender el bien público de la Iglesia. Si esto se llega a consumar, tendrán que abandonar el inmueble del monasterio, y después llevar a cabo su vida como mejor les parezca, como cualquier ciudadano español, pero ya no serán mojas clarisas. Respecto a esos señores, no tienen ningún título, ni civil ni canónico, para habitar en ese inmueble. Las cosas llevan su tiempo, pero la realidad es que, si todo esto se consuma, se tendrán que ir de ese inmueble, pues ya no serán monjas clarisas ni pertenecerán a ese monasterio.

¿Es inevitable la excomunión? ¿Qué más pasos se pueden dar?

Los que la autoridad eclesiástica, prudente y pacientemente está dando. Si persisten en su voluntad de ruptura de la comunión con la Iglesia católica y una vez esto haya sido comprobado jurídicamente, una a una, pues no existen excomuniones colectivas, se declarará que han incurrido en la pena de excomunión, que conlleva la expulsión de la vida religiosa, la prohibición de recibir los sacramentos y ejercer actos de potestad eclesiástica. La excomunión es automática, una vez se comprueban los hechos; la autoridad se limitará a declarar que han incurrido en la pena. Después serán unas personas bautizadas, ya no monjas, que han incurrido en una pena canónica

¿Qué delitos (canónicos y civiles) pueden estar cometiendo las religiosas, el falso obispo y el cura coctelero?

Canónicamente, las religiosas habrán incurrido en un delito de cisma. No tengo noticia de que hayan cometido ningún otro delito, ni canónico ni civil. Ahora bien, si en el futuro se comprobase que han enajenado (vendido o donado) bienes eclesiásticos sin licencia, o se llevan bienes muebles pertenecientes al monasterio, podrían incurrir delitos tanto en el marco canónico como en el del Código Penal español.

¿Quiénes son los legítimos propietarios de los conventos de Belorado, Orduña y Derio?

Los inmuebles no pertenecen a las monjas, en cuanto religiosas individuales, sino que pertenecen a la persona jurídica monasterio. Todo el mundo puede entender que si ingresas en una institución religiosa católica y un día decides abandonarla, no te vas llevar el monasterio contigo. Te puedes ir, pues nadie puede limitar tu libertad individual, pero no puedes pretender llevarte la institución contigo. Todos esos bienes, inmuebles y muebles, pertenecen a un monasterio de monjas clarisas católicas. Lo han sido en el pasado, lo son en el presente y lo seguirán siendo en el futuro con las monjas clarisas católicas que puedan profesar en ese monasterio. Esto no tiene por qué ser el final de esos monasterios.

La pena de excomunión conlleva la expulsión de la vida religiosa, la prohibición de recibir los sacramentos y ejercer actos de potestad eclesiástica

Tanto los inmuebles como los bienes muebles (entre ellos el dinero) pertenecen al monasterio, son fruto del trabajo de generaciones de monjas clarisas y de las donaciones de fieles que entregaron bienes para la misión propia de una institución católica, cuyo legado y voluntad la Iglesia católica tiene que proteger. Existió el peligro de realizar operaciones como una hipoteca o la constitución de un derecho de superficie. La actuación diligente de nuestras autoridades eclesiásticas ha llevado a conjurar o limitar estos peligros.

¿Cómo acabará esto? ¿Cuándo?

La justicia, tanto la canónica como la civil, es como un tren de mercancías. Es lenta, pero una vez en marcha es muy difícil pararla. Ojalá no lleguemos a ver la imagen de estas mujeres, y de esos señores, saliendo del inmueble por orden judicial. Pero si persisten en su ruptura de la comunión llegará ese momento de verlas salir del convento escoltadas por la Guardia Civil. ¡Ojalá se arrepientan y pidan el perdón!

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