ALIVIO EN LAS HIPOTECAS: EL EURíBOR CAMINA HACIA SU MAYOR CAíDA ANUAL DESDE 2013

Soplan vientos de alivio para el mercado hipotecario veraniego. Después de la subida de tipos más dura, la tendencia vuelve a ser bajista para el Euríbor. Los síntomas de contracción económica y la desinflación en la zona euro vuelve a empujar a la baja los costes de financiación en previsión de que el Banco Central Europeo (BCE), quien dicta las tasas de interés referencia en la zona euro, siga moviendo ficha.

De momento, los bancos que operan en el mercado secundario está prestándose dinero entre sí a los niveles más bajos en cuatro meses, por debajo del 3,6% en el caso del Euríbor a 12 meses. Pese a que solo han pasado cuatro jornadas del mes, el promedio del índice de julio se sitúa ahora en el 3,58% y se comparará en las revisiones con el pico del 4,14% registrado en el mismo periodo de 2023. Por ello, la caída interanual será brusca. Hoy es de -57 puntos básicos o -0,57 puntos porcentuales, un descenso que no se registraba desde junio de 2013.

Con estos datos provisionales, que evolucionarán de aquí al próximo 31 de julio, la rebaja en las cuotas de las hipotecas a tipo variable podría situarse en torno a los 60 euros mensuales o 720 euros al año, tomando como referencia para un préstamo teórico de 150.000 euros a 25 años y con un diferencial de un punto sobre el Euríbor.

El Euríbor, en el tejado del BCE

El evolución del Euríbor está íntimamente ligada a las expectativas de tipos de interés del BCE, que el pasado 6 de junio efectuó su primer recorte de tasas desde 2016. Por eso su curva se mantiene indexada, aunque por debajo, a lo que decidan en Fráncfort. Si bien los gobernadores han manifestado en público que no hay que dar por descontadas nuevas rebajas, los mercados descuentan, en este momento, al menos otros tres recortes de un cuarto de punto de aquí a 12 meses.

No obstante, el BCE insiste en que dependerá de los datos entrantes de inflación, que está volviendo a la zona del 2% que marca el mandato de la autoridad monetaria. El próximo 18 de julio volverá a reunirse para actualizar su posición y ofrecer pistas de lo que hará. Los analistas esperan, en su mayoría, que retrase a septiembre cualquier cambio en los tipos actuales del 4,25% (principal) y 4% (depósito).

El efecto de la crisis gala

Pese a los mensajes de tono duro, las recientes turbulencias en los mercados por la crisis política en Francia han ablandado al BCE, hasta el punto de abrir el debate sobre si debería intervenir en los mercados de deuda pública para contener los diferenciales de los bonos y las primas de riesgo. La sola posibilidad de que lo haga ha servido para poner coto al despertar del riesgo financiero que se produjo hace un mes. También ha enfriado la cotización del Euríbor, que también es un índice de referencia de la financiación en los mercados.

Ahora bien, ¿es factible que actúe? "A la espera del resultado final de las elecciones francesas, ha surgido un debate sobre la capacidad del BCE para prestar ayuda en caso de perturbación del mercado. La atención se centra, por supuesto, en el Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI), en virtud del cual "el Eurosistema podrá realizar compras en el mercado secundario de valores emitidos en jurisdicciones que experimenten un deterioro de las condiciones de financiación no justificado por los fundamentales específicos de cada país", recuerda Gilles Möec, economista jefe de AXA IM.

"La noción de "fundamentos específicos de cada país" está sujeta a interpretación. A nuestro entender, la política económica debe formar parte de esos fundamentos. Hablando claro, un Gobierno difícilmente podría esperar beneficiarse de la intervención del BCE si el mercado está respondiendo racionalmente a decisiones políticas concretas que probablemente deterioren la trayectoria de su deuda pública. Este punto se ve respaldado por la referencia que se hace en la documentación a la evaluación de si las jurisdicciones que pueden recibir apoyo del TPI aplican políticas fiscales y macroeconómicas sólidas y sostenibles", añade Möec en un informe fechado este miércoles.

En este sentido, el experto recuerda que el documento del bazuca del BCE enumera una serie de criterios para que se pueda producir una valoración positiva, sugiriendo que "estar sujeto al PDE" (Protocolo de Déficit Excesivo) no sería necesariamente suficiente para privar a un Gobierno del paraguas del TPI, "siempre y cuando esté tomando medidas –de conformidad con las orientaciones del Consejo de la UE– para corregir su trayectoria presupuestaria", matiza Möec.

Lo cierto es que Francia estaría fuera con un déficit público del 5,5%, una deuda creciente (111% sobre PIB) y sin medidas correctoras. La posible llegada de un gobierno de extrema derecha de Reagrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella, con propuestas desequilibrantes en el plano fiscal como bajadas de impuestos y adelanto de la edad de jubilación a 62 años podría desencadenar un episodio de alta tensión en los mercados. Para el Euríbor, esto sería alcista y malas noticias porque uno de los componentes de su cotización es el riesgo financiero.

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